Panoramas|

Cuando el sol besa el horizonte y la luna se alza en el firmamento, el restaurante del Hotel Ohiro se convierte en un escenario mágico donde los sabores ancestrales cobran vida. Cada platillo, como versos de poesía culinaria, evocan recuerdos de un pasado lejano y conectan al comensal con la esencia misma de la tierra sagrada de Rapa Nui.

Desde las profundidades de la tierra, el curanto emerge como un regalo de la madre naturaleza. Cocinado bajo tierra con técnicas milenarias, este manjar combina mariscos, carnes y tubérculos en un banquete que nos recuerda el amor y respeto por la tierra que nos nutre. Los aromas se entrelazan con los suspiros de los antiguos, y la brisa salada acaricia el alma mientras degustas cada bocado con reverencia.

El poe, un dulce postre hecho de taro, es como un canto suave de gratitud. Sus colores y texturas bailan en armonía, como una sinfonía que nos conecta con la riqueza y la diversidad de la tierra. En cada cucharada, te embriagarás con la dulzura y espiritualidad que brota de los corazones y manos de quienes preparan este manjar. En el restaurante del Hotel Ohiro, cada platillo es un tributo a la tierra y a la pasión por la comida local. Te invitamos a deleitarte con este festín para el alma, a saborear los secretos guardados por generaciones y a permitir que los sabores te cuenten la historia de la isla.

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